Resulta difícil imaginar las condiciones extremas con que se vive a bordo de un velero durante una vuelta al mundo en regata. Los regatistas embargo, tienen una gran resistencia física y psíquica que les permite soportar condiciones muy duras.
De hecho, el navegante oceánico es un atleta que se enfrenta a las condiciones más duras y inhóspitas que la naturaleza puede ofrecer. Es un marino experimentado que debe dominar disciplinas tan dispares como la meteorología, la oceanografía, la electrónica, la informática, la mecánica y tener una gran fortaleza psicológica que le permita aguantar la presión de una competición continuada durante más de tres meses, resistir el dolor y adaptarse a las privaciones.
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