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Hacia el fin del verano y el comienzo del otoño del hemisferio sur, la época en la que están pasando los veleros de la Barcelona World Race, el problema añadido son las nieblas persistentes que, unidas a la merma de cantidad de horas de luz, crean un ambiente gris con niveles de visibilidad tan bajos que, en muchas ocasiones no permiten ver la proa del propio barco.