Untitled

Los navegantes de la Barcelona World Race son atletas de alta resistencia física y, sobre todo, psicológica.

La navegación se vuelve agotadora en las frecuentes zonas de mar confusa en la que las olas vienen de direcciones diferentes y los navegantes deben permanecer muchas horas al timón para cuidar la integridad del barco. En estas condiciones, y sobre todo cuando el mar viene de proa, los violentos impactos convierten el interior del barco en una batidora en el que es muy difícil dormir, y hasta comer.

También es agotadora en las zonas de poco viento, como las calmas ecuatoriales, en la que los cambios de velas son frecuentes y también los cambios de amura en que hay que cambiar de lado los pesos móviles del barco, que pueden llegar a sumar más de media tonelada entre sacos de velas, cajas de herramientas, utensilios y bolsas de comida.

Todo ello con una higiene basada en cubos de agua de mar en las zonas cálidas y toallitas para bebé en las frías, sin cambiarse de ropa en semanas, haciendo las necesidades en un cubo, alimentándose básicamente de comida liofilizada y bebiendo el agua que mana lentamente de la desalinizadora.