En una regata de vuelta al mundo, el barco no se detiene nunca. Este hecho afecta al descanso de los navegantes con respecto tanto a la cantidad de horas que se duermen a bordo como la calidad de este sueño. Los regatistas duermen en unas literas sencillas y en algunos casos, incluso se prescinde de estas y se descansa sobre el asiento reclinable de la mesa de cartas o los sacos de las velas.
Cuando están en la camilla, muchos de ellos duermen vestidos para evitar la pérdida de calor y se ponen con los pies hacia proa para evitar un golpe en la cabeza en caso de que el barco choque con algún objeto.
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