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Dejando atrás el Atlántico, los navegantes se adentran en un mundo de frío, vientos fuertes y planeadas continuas sobre las olas. Es aquí donde la soledad se hace más intensa y real y donde hay que reforzar la vigilancia estando bien atento para descubrir los grandes icebergs, growlers y otros peligros. Pero, es aquí también donde se abre un paisaje inhóspito, con una gran biodiversidad que se presenta como una de las pocas reservas naturales que quedan en el planeta.

La Antártida se encuentra situada en el polo Sur geográfico de nuestro planeta, por debajo de los 60 ° de latitud. Esta ocupa un área de 13,8 millones de km2 y se encuentra cubierta de una gruesa capa de hielo, acumulada durante milenios. El hielo cubre el 98% de su superficie y tiene de media un grosor de 2.7 km, llegando casi a los 4 km en el centro del continente.

La Antártida mantiene en su ámbito el 70% del agua del planeta o dicho de otra forma, el 90% de todo el hielo, y es la reserva más importante de agua dulce. En los últimos años pero, observamos como el cambio climático afecta esta región generando el deshielo, lo que hace prever que suba el nivel del mar en muchos lugares del planeta.

Durante muchos años, el continente antártico se ha convertido en el destino final de muchos aventureros y expediciones, dada la gran cantidad de recursos que acoge. De hecho, los primeros exploradores que fueron a la Antártida hace más de dos siglos, quedaron impresionados por su riqueza y biodiversidad.

FICHAS TEMÁTICAS

Biodiversidad en la Antártida

El deshielo de los polos