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En la antigüedad, la única forma de transportar mercancías a grandes distancias era embarcándolas y, a pesar de la apertura posterior de grandes viales de comunicación terrestre, el mar fue el medio de comunicación protagonista en el transporte comercial y de personas hasta la aparición del ferrocarril en el siglo XIX, o posteriormente el camión el cual revolucionó el transporte terrestre.

En la distribución de las rutas comerciales actuales intervienen diferentes factores. Algunos de ellos son geográficos como es la línea de la costa, la existencia de pasos, ya sean naturales o artificiales, la distancia entre puertos y sus características. Otros son de carácter oceanográfico como las corrientes, el oleaje y las mareas y otros de carácter económico.

La coincidencia de la ruta que sigue nuestra regata con las rutas comerciales marítimas supone un peligro. La posibilidad de chocar con un mercante o con la carga que haya podido perder no son nada despreciables. Es por ello que se deben tener todos los sentidos en alerta para evitar cualquier incidente