Untitled

Los IMOCA 60 son barcos muy evolucionados, concebidos para la navegación en solitario o a dos. Como clase abierta de diseño poco limitado, cualquier innovación en cualquier lugar del buque conlleva mejoras en las prestaciones y en la maniobra. Es básico reducir siempre el peso, conseguir más potencia y aumentar la eficiencia de los patrones. Los materiales con los que se construye, el diseño y las velas que lleva, lo transforman en un barco capaz de soportar las condiciones más extremas de navegación.

Características

Tablas de surf gigantes

La forma del buque baja, la cubierta libre y la popa muy amplia lo convierten en un barco extremadamente plano. El hecho de que se construya con fibras de carbono lo transforman en una embarcación muy sólida y poco pesada que planea sobre las grandes olas que encuentra a lo largo de su recorrido alrededor el mundo. Los IMOCA 60 pueden dar la vuelta al mundo a una velocidad media de 12 nudos y pueden alcanzar puntas de más de 30 nudos.

Interiores muy austeros

El peso es determinante en estos barcos, por eso se ahorran todo lo que pueda pesar. Los interiores de estos barcos son negros, el color de las fibras de carbono, ya que la pintura pesa. Los navegantes disponen de la mesa de cartas (donde está el control de todos los aparatos del barco) cada vez más pequeña, de una camilla, de un hornillo para cocinar y nada más. El resto del espacio es ocupado por grandes bolsas llenas de velas, ropa y comida. Cada vez que los navegantes deben hacer una virada, los sacos deben acarrearse de un lado a otro del barco. Esta es una maniobra muy pesada, sobre todo debido a la incomodidad del espacio.

Máquinas de propulsión eólica

Las velas que llevan los veleros que participan en la Barcelona World Race son elementos de última tecnología, ya que incorporan las últimas novedades en cuanto a materiales y diseño. Los barcos tienen autorización para llevar un máximo de 10 velas a bordo y los navegantes deben decidir cuáles se llevan para poder obtener la combinación más idónea en cada situación de navegación. Las velas son el elemento mecánico más castigado en una regata alrededor del mundo. La vela mayor, que casi nunca se arría, trabaja sin descanso 2.400 horas (100 días). Durante este tiempo soportará las condiciones más duras de viento, cambios extremos de temperatura, radiaciones ultravioletas o la elevada salinidad. Es por ello que al acabar la competición, estas velas dejan de ser útiles para su primer uso.

Materiales de última generación

Todos los IMOCA 60 que participan en la Barcelona World Race están construidos con fibra de carbono. Este es un material sintético, de color negro, muy ligero y muy resistente que se combina con un núcleo de Nomex (material capaz de minimizar los impactos y las deformaciones estructurales), que da lugar a un producto compuesto muy ligero y robusto que permite afrontar la navegación por los océanos más hostiles con un mínimo peso.

El cordaje de estos barcos está formado en su conjunto por fibras sintéticas, todas ellas derivadas de petróleo y carbono. Estos elementos son más resistentes que el acero y muy elásticos, no se pudren y envejecen poco, pero tienen algunas desventajas: resbalan más y algunos de ellos pierden resistencia con el calor, el rozamiento y los rayos ultravioleta. Sin embargo, estos materiales permiten afrontar la vuelta al mundo con las máximas garantías.

La seguridad como prioridad

El diseño de los buques debe cumplir una serie de requisitos de seguridad, que se pueden clasificar en dos grandes grupos:

Difíciles de volcar

Los IMOCA 60 son barcos muy estables, esto es básicamente debido a la presencia de la quilla. Este es un apéndice que se encuentra en la parte sumergida del buque y que sirve para que la embarcación no vuelque.

Para que los IMOCA 60 puedan participar en la regata, el barco y su tripulación deben someterse a la prueba de vuelco, que consiste en colocar el barco totalmente boca abajo en el agua con el patrón en el interior. En esta posición, el patrón tiene que demostrar que puede salir del barco por la escotilla de popa y volver a entrar, lo que podrá hacer con facilidad si la popa no queda hundida, que es lo que se trata de demostrar. Finalmente, el patrón tiene que hacer volver el velero a su posición normal (enderezarlo) sin ninguna intervención exterior. Para ello, podrá utilizar cualquiera de los medios a los que tiene acceso desde el interior: inclinar la quilla, llenar los tanques de contrapeso, etc.