Untitled

Después de la llegada de Cristóbal Colon en América, los caballos se traían en barco. Cuando los barcos cruzaban el Atlántico siguiendo los vientos alisios del NE, a menudo podían quedar atrapados en el centro del anticiclón que se encuentra alrededor del 30 grados de latitud norte y estar en una encalmada durante semanas o meses. Con el tiempo el agua para beber se acababa y para evitar el sufrimiento a los caballos, los echaban por la borda. Tantos echaron, que los 30 grados de latitud se los conoce todavía como la Latitud de los Caballos.