Después de cada edición de una regata como la Vendée Globe o la Barcelona World Race, la clase IMOCA –International Monohull Offshore Class Association- se reúne para valorar el funcionamiento de las velas, analizar las posibles incidencias que haya habido y proponer nuevos cambios modificando, si hace falta, las normas de la regata y por lo tanto, su reglamento.

Estos cambios afectan a todas las partes del barco y, como es natural, afectan a la reglamentación de las velas. Uno de los cambios más significativos ha sido la limitación en el número de velas que se pueden llevar a bordo, que ha pasado de ser un inventario de velas casi ilimitado a verse reducido a un máximo de diez velas. Esto ha hecho que patrones, técnicos responsables de los barcos y técnicos de la veleria hayan tenido que trabajar mucho para definir qué puede ser el mejor inventario de velas para este tipo de regata.