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La ingesta de agua ayuda a regular la temperatura corporal. Cuando se hace ejercicio, la temperatura del cuerpo tiende a subir. Si este calor no encuentra la manera de disiparse, los mecanismos metabólicos se encuentran muy dificultados y esto nos conduce a una situación muy peligrosa desde el punto de vista de la salud. Es entonces cuando pueden aparecer situaciones como la deshidratación, la insolación, o el conocido "golpe de calor".

En situaciones climáticas difíciles, el cuerpo utiliza el sudor para bajar la temperatura del cuerpo. Cuando hacemos ejercicio y sudamos, se pierde agua, ya que el sudor se compone fundamentalmente de agua. Este agua perdida debe ser repuesta poco a poco, para evitar los problemas antes mencionados. Un estado precario de hidratación puede comprometer tanto el rendimiento deportivo como provocar lesiones importantes en el organismo. De hecho, los navegantes de la Barcelona World Race deben beber más cantidad de agua cuando navegan por el ecuador que cuando pasan por zonas más frías como el gran sur.