A bord, durant la regata, els regatistes poden patir tot tipus d’accidents o malalties:

A bordo, durante la regata, los regatistas pueden sufrir todo tipo de accidentes o enfermedades:
- Golpes y contusiones: con el movimiento constante y brusco del barco, el cuerpo recibe muchos golpes. Algunos regatistas han llegado a tener una conmoción cerebral por impacto con algún objeto. Otras veces los golpes vienen en forma de pez volador que salta y, antes de caer en la cubierta, golpea la cara o el cuerpo de un tripulante.
- Quemaduras: durante la BOC 2001-2002, una ola hizo saltar el calentador de la cocina y cayó el agua hirviendo dentro de la ropa del regatista Damian Duke en la espalda. Hay que recordar que la comida liofilizada o las sopas, siempre hay que calentarlas, por lo que en un barco en pleno movimiento, el agua caliente siempre supone un peligro para las manos y la cara. Las quemaduras también pueden ser por el sol, sobre todo cuando se acercan al ecuador. En otros casos, la quemadura ha sido producida al tocar el motor o por el ácido del líquido de las baterías.
- Diarrea: el cambio de alimentación o las malas condiciones higiénicas pueden provocar diarreas muy molestas. Cada poco tiempo hay que quitarse la ropa. Además, el cuerpo se deshidrata por la pérdida de líquido y hay que recuperarlo bebiendo a menudo.
- Hipotermia, congelación: cuando se escuchan en la cabina los golpecitos de hielo en el agua congelada de la sentina, es evidente que hay que vigilar de no perder temperatura corporal y vigilar con las extremidades. Las manos y los pies son muy delicados y hay que llevar botas forradas con suela aislante del frío.
- Irritaciones de la piel: El sudor, la sal y la ropa sucia irritan la piel. Un punto crítico es el cuello que queda mojado y, al secarse, la sal irrita la piel.
- Irritaciones en los ojos: el viento, el agua y la sal pueden irritar los ojos y afectar a la visión. Por ello, en cubierta los navegantes llevan un casco con un visor de protección que impide el paso del viento y el agua que les llega proyectada desde proa.
- Lesiones en las manos: a bordo las manos siempre acaban recibiendo golpes, cortes y heridas. Aunque se lleven guantes, las manos están en constante actividad.
- Mareo: aunque no lo parezca, los navegantes expertos también se marean. La sensación es muy desagradable: pierden fuerzas, se sienten totalmente desvalidos y no pueden hacer nada. En la regata VOR del 2001-2002 algunas tripulaciones se marearon y cuando no estaban de guardia, estaban tumbados en la camilla apáticos, pensando sólo en cómo se sentían de mal y vomitando hasta vaciar el estómago.
- Molestias lumbares: a bordo de los veleros son frecuentes estas molestias ya que se trabaja muy de cintura para arriba y poco de cintura para abajo. En este segmento el esfuerzo consiste en mantener el equilibrio y fijar bien el cuerpo. De hecho, en un barco se trabajan poco las extremidades inferiores y mucho las superiores. Por eso hay quien lleva una faja de protección lumbar que evita en parte el sobreesfuerzo.
Además, las comodidades a bordo son mínimas y ni las literas de lona o las sillas-sillón reclinable ayudan a recuperarse de las molestias lumbares y de la espalda.
Aparte de todos estos problemas también hay casos de regatistas con apendicitis, fracturas abiertas, dolor de muelas, problemas psicosomáticos fruto de la tensión, depresión, etc. Por ello, siempre es recomendable una revisión médica a fondo que evite sorpresas desagradables en plena regata.