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El sistema de equilibrio del ser humano está adaptado a vivir en tierra firme, por lo que los navegantes necesitan un periodo de tiempo para adaptarse a un entorno en movimiento continuado.

Los veleros de la Barcelona World Race navegan por los océanos más hostiles del planeta, donde las olas son de tamaño considerable, y el movimiento y la inclinación de los veleros es constante. El cuerpo humano no está preparado para estar permanentemente en movimiento y, por tanto, se tendrá que adaptar. En caso contrario se produce el mareo.

La sensación de mareo es muy desagradable, los navegantes pierden las fuerzas, se sienten totalmente desvalidos y no pueden hacer nada, por eso es importante superarla. Este proceso de adaptación se llama amarinamiento y se consigue al cabo de unos días de navegación.