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Durante siglos, las personas que navegaban han estado pendientes del cielo y del barómetro para anticipar los cambios de tiempos. Cuando acertaban la predicción pero, lo hacían con poco margen de tiempo y para una zona de navegación pequeña. Hoy en día, los patrones de la Barcelona World Race embarcan varios aparatos electrónicos para saber las condiciones meteorológicas que los esperan.

Los navegantes también disponen periódicamente de información gráfica y escrita mediante mapas donde se muestra la dirección (flechas) e intensidad del viento (color), en un sector del planeta. Saber leer estos mapas es fundamental para establecer la táctica adecuada; por eso existen también programas de ordenador que procesan los datos de las previsiones meteorológicas con otros parámetros relativos al barco. Pero a pesar de que el ordenador ayuda a buscar la mejor ruta alrededor del mundo, la decisión del navegante marca la diferencia.