La tripulación de los IMOCA 60 va equipada con elementos de seguridad que pueden ayudar a salvarle la vida en situaciones extremas.

En caso de tener que abandonar el barco, o en caso de frío extremo, la tripulación dispone de un traje de supervivencia hecho de neopreno grueso, que asegura el mantenimiento de la temperatura corporal. En aguas tranquilas de una temperatura de 5ºC evitan que la temperatura corporal baje más de 2ºC en una hora. Idealmente, en una situación de emergencia, se tendrían que poder colocar correctamente y sin ayuda en dos minutos.

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Otro elemento importante del que disponen todos los navegantes es un arnés con que se ligan a la línea de vida del barco. La línea de vida es un cable o cinta que va fijado de popa a proa –generalmente uno a babor y el otro a estribor- donde cada tripulante liga el mosquetón del arnés. De este modo el navegante se puede mover por la cubierta con una relativa autonomía, sin el peligro de caer al agua y alejarse rápidamente del barco, que es uno de los peligros más grandes que hay al mar, y más en unas aguas tan frías como las del “Gran Sur”.

La velocidad a la que van los IMOCA 60, comporta que el tiempo de reacción del otro tripulante es muy escaso. Hace falta que haga la vuelta con el barco y vuelva atrás para rescatar quién ha caído al agua. Al ser una situación de extrema emergencia, se tiene que actuar rápidamente, puesto que la temperatura del agua suele ser muy baja y el riesgo de perder el náufrago o que sufra una grave hipotermia es altísimo.

https://youtu.be/E_82qmoEnbw