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Los pilotos automáticos son máquinas capaces de gobernar el barco en las situaciones más adversas.

En el cerebro electrónico de un IMOCA 60 moderno hay unos sistema de instrumentos electrónicos que envían información como por ejemplo la velocidad, el rumbo que marca el compás o la fuerza y la dirección del viento a las pantallas y a los otros sistemas de a bordo que la necesitan, como por ejemplo el piloto automático.

Los sistema del piloto automático gobierna el barco según la información recibida. El piloto automático es capaz de corregir cualquier error que se produzca y envía la información para que el sistema pueda corregir el timón. Por ejemplo, si los instrumentos registran una ráfaga grande de viento y el barco empieza a escorar, el piloto automático sabe como tiene que proceder para evitar la pérdida del control del barco.

Un factor muy importante a tener en cuenta cuando se usa el piloto automático es el elevado consumo energético que comporta. A pesar de no consumir mucho en el momento, está encendido casi las 24h y esto se traduce en una cuarta parte del consumo total de una vuelta la mundo.

Queda entendido, que por la vela oceánica en solitario o a dos, el piloto automático es esencial, pero esto implica que la gestión de este tripulante “invisible” también es clave. Puede ser que el piloto automático sea un dispositivo mecánico, pero hay veces en las que se comporta como un tripulante más. Incluso hay quién le pone un nombre y habla como si se tratara de un miembro más de la tripulación.