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A pesar de que un velero sea un instrumento de viento, el control de las maniobras para trimar las velas y hacer que avance se hace con cuerdas, o mejor  dicho en el mundo marinero, con cabos. Para controlar todas las velas que usa un IMOCA 60, se utilizan miles de metros de cabos, que recorren la cubierta de popa hasta proa. Porque este conjunto de cabos no se convierta en un gran lío, hay que establecer un orden en la cubierta, y más todavía en una regata con tripulación reducida como la Barcelona World Race, en la que la seguridad es primordial y hay que reducir riesgos innecesarios. En las embarcaciones de uno o dos navegantes, toda la jarcia de trabajo se reenvia hacia una o dos zonas, situadas en la bañera, desde donde se puede gobernar toda la maniobra sin necesidad de desplazarse. Esta zona donde llegan todos los cabos se conoce como piano.

Se le denomina piano porque realmente recuerda al instrumento, formado por un conjunto de “cuerdas” y unos elementos que se denominan “stoppers” que se asimilan a las teclas. Los “stoppers” son unas piezas que sirven para  pinzar los cabos y dejarlos fijados. Además de estos elementos que facilitan las maniobras, también existen otras: molinillo, poleas, polipastos,  mordazas, cornamusas, etc. A todo este conjunto de tecnología de cubierta se la conoce con la palabra francesa “accasstillage”, adaptada como “acastillaje”.

https://youtu.be/SlrcXtZkCU0