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Para la gente de mar, los pendientes tienen un significado especial. Antiguamente, los marinos llevaban pendientes de oro en las orejas para llevar sus riquezas encima, ya que si se llevaba en una bolsa se corría el riesgo de que un ladrón la robara. Por este motivo se prefería atravesar el lóbulo con un aro de metal noble (como la plata y el oro) y llevarlo en un lugar donde no se pudiera robar tan fácilmente.

También se dice que los pendientes en forma de aro, eran un símbolo utilizado por los marinos para hacer saber que habían atravesado uno de los cabos más peligrosos del planeta: el cabo de Hornos. Según la antigua tradición marinera, los navegantes que han superado navegando a vela este fin, se ponían un pendiente con forma de anilla en la oreja izquierda.

Además, los pendientes se usaban por motivos supersticiosos. Algunos marineros estaban convencidos de que su uso mejoraba los problemas de visión y que las orejas perforadas impedían los mareos en alta mar. Otra creencia que se tenía era que estos pendientes (de plata o de oro) tenían suficiente valor para pagar el funeral de un marino, asegurándose de recibir un entierro decente en caso de que sus cadáveres se encontraran en el mar.

Los navegantes de la Barcelona World Race celebran el paso por el cabo de Hornos, a menudo, brindando con cava y comenzando la cuenta atrás de regreso a casa.