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La extraordinaria potencia de los barcos de la Barcelona World Race obliga a adoptar extraordinarias medidas de seguridad. A lo largo de los casi 20 años de existencia de la clase IMOCA y a través de la experiencia de cada vuelta al mundo, las normas que afectan al diseño estructural del barco se han ido perfeccionando. En este sentido, el barco tiene que disponer de compartimentos estancos, escotillas de salida de emergencia y otros elementos estructurales, además de estar equipado con las balizas de emergencia que dicta el reglamento.

El barco dispone de muchos compartimentos estancos separados por unas mamparas que garantizan que en caso de que entre agua dentro del barco por una vía de agua, esta no se esparcirá rápidamente por el resto de los compartimentos, así, los equipos de rescate dispondrán de más tiempo para ir a buscar a la tripulación. Además tienen que traer una mampara de colisión o crash box, situada en la proa, que en caso de choque frontal con algún objeto absorbe el golpe sin que la estructura del casco quede afectada.

Crash box

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Del mismo modo, también es frecuente proteger una de las partes más delicadas, los timones, con mecanismos de plegado automático que evitan rupturas, puesto que a gran velocidad, el impacto con cualquier objeto puede ser fatal.