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Si nos fijamos en la etiqueta de los productos que encontramos en el supermercado, a menudo veremos que el contenido energético del producto nos viene dado en kilocalorías (kcal), en lugar de calorías (cal.). ¿A qué se debe esta diferencia? Se trata de una estrategia empleada en el campo de la nutrición para aligerar la magnitud de las calorías. No es lo mismo ver que un producto contiene 4000 cal que 4 kcal. En algunas etiquetas aún van más allá: usan Calorías (con C mayúscula) en lugar de kcal. ¡Conviene no confundirse!