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Toda la electricidad que se genera a bordo de un IMOCA 60 se tiene que almacenar en acumuladores o baterías y repartirla según las necesidades. Todas las baterías tienen una estructura similar: varias celdas electroquímicas con un electrodo positivo, un negativo y un separador. Lo que varía son los materiales de estos componentes, que van desde las baterías más comunes de plomo combinado con ácido, hasta las más evolucionadas donde se utilizan otros metales como el cadmio o el hierro con combinación de níquel o litio.

De la amplía diversidad de posibilidades y prestaciones de baterías, los IMOCA 60 están pasando de baterías de Niquel-Cadmio (Ni-Cd) a las de Litio (Le-Ion) que, con sus derivados, son las que marcan el camino hacia el futuro. Permiten rebajar el peso en unos 40 kilos, además de ganar en muchas prestaciones.